El mundo animal es interesantísimo. Al mundo de la tecnología le queda tanto que aprender…
Como pequeña curiosidad, hoy un compañero de clase nos ha contado algo sobre su pueblo. Las historias y las tradiciones de los pueblos son siempre de lo más interesantes. En su pueblo, cuando alguien va a la universidad (que en su pueblo no es muy común) y además vuelve de la universidad (transcurridos los años correspondientes) con muy buenas notas pasa algo muy grande. En el pueblo se sacrifica un animal y todo el pueblo lo festeja. Se festeja que ha terminado la universidad y todos lo celebran. En unas semanas es mi graduación “oficial”. Espero que hagan, por lo menos, algo parecido.
Pero aún más curioso ha sido lo que ha sucedido hoy en clase:
La tiza no engaña, con una pantalla táctil te la puedes jugar. Últimos estudios anuncian que dar las clases con PowerPoint perjudica y entorpece el estudio. Los profesores se fían de lo escrito, se limitan a leerlo o comentarlo perdiendo la idea general en la cabeza.
Tanto avance tecnológico… Pasamos de las máquinas de escribir a los ordenadores y de las pizarras de pizarra a las pizarras digitales. Pensábamos cambiar el mundo, el hombre dominar a la máquina, y con la máquina, dominar la naturaleza. Pero con la naturaleza no se puede jugar.
Hoy he comprobado que la naturaleza está por encima de todo esto. “Mágicamente” se ha pasado de una diapositiva a la siguiente. El profesor, asombrado, no entendía nada. A tres metros del ordenador y la diapositiva cambia sola. ¿Había sido su mente? ¿Había puesto un temporizador en la diapositiva? ¿Pensaba el ordenador que era tiempo de pasar al siguiente tema? ¿Había sido alguno de nosotros, los estudiantes, cansados de escuchar? ¿Una fuerza extraterrestre?
NO
Había sido la naturaleza. La naturaleza en su forma más simple pero también más compleja. Una MOSCA, con esa astucia y rapidez que las caracteriza, visualizando el objetivo con esos dos ojitos de panal llenos de pequeños visores, ha localizado su objetivo y ha volado directamente contra la pantalla táctil. Y, con el golpe, el ordenador ha interpretado un clic y ha cambiado de diapositiva. Increíble. Una mosca ha distorsionado todo el ritmo de nuestra clase y nos ha dejado helados.
Continuará...